lunes, 21 de marzo de 2011

Retazos sobre un Mochuelo Europeo

La tarde se deslizaba veloz hacia un cuarto creciente que despuntaba en el cielo. Mis pasos se aceleraron en la gravilla del camino con la intención de llegar pronto a casa. Sobre un poste de un vallado una estática sombra emplumada me observa con atención. Mis pasos se van parando lentamente, mis ojos atisban unos ojos amarillos que curiosos se preguntan qué hace ése ahí. De repente, la sombra de amarillos ojos emite un sonido lastimero que me sobresalta. A lo lejos se escucha otro sonido muy parecido; le ha contestado. Me pregunto qué se habrán dicho uno al otro. Mientras tanto la orquesta sinfónica de pequeños insectos nocturnos interpreta la música de fondo de sus vidas. Mis prisas por llegar a casa se han desvanecido como la esperanza del sediento por encontrar agua en medio del desierto. Sólo deseo observarle un poco mejor, oírle, intentar descifrar lo que dice. Él no me quita su amarillo mirar de encima; mi presencia le incomoda. Me quedo quieto, inmóvil como él. Y observo. Por un momento ignora mi presencia, gira su cabeza y mira hacia el suelo. Vuelve a gritar y, en la lejanía, le vuelven a responder. Silencioso da un salto y echa a volar, cruzando el aire con un ensordecedor mutismo. Me siento solo.
            Vuelven mis pasos sobre el camino mientras medito sobre la observación de este imborrable anochecer. Por dentro le felicito, sé que este es su año y me encantaría brindar con él por un futuro mejor para él y los suyos. A la vez que mis pasos se han vuelto a acelerar pienso en la vida que aportan a los caminos, a las pequeñas carreteras, ahí asomados al balcón de su atalaya observando atentos el crujir de unas hojas en el suelo; observando el torpe volar de un escarabajo pelotero. No he querido evitar pensar en lo importante que ha sido esta pequeña rapaz en mi vida, en mis anocheceres en los caminos que serpentean hacia el pueblo; en las frías noches esteparias intentando escucharle contra un  cortante viento que no me dejaba oír; en las alegres jornadas diurnas en las que madrugador se posaba sobre un tocón de encina…
FELICIDADES querido Mochuelo europeo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Vigencia

Ando estos días enfrascado en la lectura de "El hombre mediocre" de José Ingenieros. Compré una edición barata de papel de muy baja calidad, pero con un contenido sorprendente. Nunca antes había oído hablar de este autor ni de nada de su obra, pero me atrajo el texto de la contraportada y nada más comprarlo relegué la lectura de otros títulos que me esperaban en el anaquel y me lancé a su lectura. El libro, entre otras cosas, hace una exaltación del hombre joven e idealista, hombre superior, frente al hombre mediocre carente de ideales y que sobrevive a la sombra del anterior. A pesar de que la obra fue escrita en 1913 se encuentra completamente vigente. A veces uno lee pasajes que parece que se acaban de redactar; es impresionante que haya pasado un siglo como el siglo XX y sigamos igual en conceptos tan importantes para la sociedad. Como muestra un botón"En la primera década del siglo XX se ha acentuado la decadencia moral de las clases gobernantes. En cada comarca, una facción de vividores detenta los engranajes del mecanismo oficial, excluyendo de su seno a cuantos desdeñan tener complicidad en sus empresas. Aquí son castas advenedizas, allí sindicatos industriales, acullá facciones de parlaembalde. Son gavillas y se titulan partidos. Intentan disfrazar con ideas su monopolio del Estado. Son bandoleros que buscan la encrucijada más impune para expoliar a la sociedad". Espero que les guste.

El inicio

Inicio este blog, el primero de mi vida, como una ventana abierta a mis pensamientos y a lo  que me interesa y, espero, que a alguien que navegue por este mar bravío también le interese. ¿Y qué es lo que me interesa? Pues la ornitología, la lectura, la música de cualquier índole, la naturaleza, la familia, las palabras... Y todo lo que me pase por la cabeza y mis dedos materialicen en texto, que, por cierto, puede ser cualquier cosa.
   Y en estas andaré mientras tenga tiempo y ganas para ello. Espero que les guste.